lunes, 8 de agosto de 2016

Zapatero quiere que gobierne Rajoy





El mejor presidente de nuestra reciente 'democracia', según Pablo Iglesias, ha pedido a Pedro Sánchez de forma muy disimulada que el PSOE se abstenga para que vuelva a gobernar el PP cuatro años más. En su nueva reaparición ha alertado de que sería muy "negativo e inconveniente" que hubiera terceras elecciones y, tras pedir al partido de Mariano Rajoy que haga su máximo esfuerzo en las negociaciones, insta al PSOE a que abra un proceso de diálogo interno para que se debata este tema con profundidad.

Zapatero defiende que llegar a un acuerdo con el PP es compatible con el posicionamiento ideológico (!), pero en Ferraz le han contestado que ya tomaron la decisión el pasado 9 de julio y que desde ese día no ha pasado nada nuevo que justifique ese 'diálogo interno'. De este modo, cierran la puerta al nuevo intento de presión, el cual también les ha venido por parte de su venerado jarrón chino en reiteradas ocasiones.

Si el lector le ha echado un vistazo a mi última entrada ya conocerá mi opinión sobre lo que hará el PSOE. Esa cabezonería de decirle no a todo tendrá que romperse en algún momento, quizá a última hora por miedo a lo que pudiera pasar si van a unas terceras elecciones. Por mucho que el CIS diga ahora que el mal llamado 'partido socialista' saldría beneficiado, todos sabemos que las elecciones son impredecibles y que las carga el diablo.


Imagen: Wikipedia.

miércoles, 3 de agosto de 2016

Partidos veleta



Estos últimos meses hemos asistido a un espectáculo vergonzoso en el que los partidos políticos han ido variando el discurso a su conveniencia. Por un lado, tenemos al mal llamado 'partido socialista', que sigue anclado en sus tres 'noes': no al pacto con el PP, no a intentar la alternativa a la izquierda y no a las terceras elecciones. Desconozco hasta cuándo van a mantener la farsa, porque es de cajón que una de las tres negaciones se va a quedar en la cuneta.

Estamos, pues, ante la política del postureo y de la teatralización. O mejor dicho, ante la política ombliguista del "quémate tú que ya me quedo yo en la sombra". Y ojo, de esto tampoco se salva Podemos, que aunque se haya mantenido firme en su política de pactos su discurso está muy lejos de parecerse al que daba hace un año. Sí, el que aquí os escribe se fija mucho en las declaraciones de los políticos, ya que en base a lo que dicen puedes saber si te la están metiendo doblada o no. 

El caso de Pablo Iglesias es de lo más curioso. Ha pasado de ser comunista, euroescéptico y anti-OTAN a ser todo lo contrario. Es cierto que pone matices, es decir, dice considerarse europeísta pero no de esta Europa y utiliza el mismo discurso para hablar de la OTAN. El problema es que creer que la Unión Europea se puede reformar es una estupidez. Considerarse europeísta significa estar de acuerdo con las políticas económicas de Bruselas, más que nada porque la UE siempre ha sido así. Ese mito de la Europa social es tan falso como la existencia de los Reyes Magos. 

Para ejemplificar ese cambio radical que ha sufrido el Secretario General de Podemos citaré algo que dijo el 19 de septiembre de 2013 en una conferencia de la Universidad de La Coruña. Luego, lo compararé con otra declaración que hizo dos años después.

"La identidad 'España' para la izquierda, una vez que terminó la Guerra Civil, está perdida. No sirve para hacer política en Cataluña, Galicia y en el País Vasco y es un agregador con el que gana la derecha. Yo cada vez que voy a los medios de comunicación hago contorsionismo para decir "esos patriotas de pulserita rojigualda que venden la soberanía a Bruselas. Ser patriota es defender los servicios públicos, ser patriota es defender los derechos sociales....", pero yo no puedo decir 'España', yo no puedo utilizar la bandera rojigualda. Yo puedo tensar y decir que soy patriota de la democracia y que por eso estoy a favor del derecho a decidir y de que la educación y la sanidad sean públicas, pero no hay nada que hacer. Perdimos la guerra."

Aquí Pablo Iglesias habla de por qué la izquierda siempre ha tendido a avergonzarse de su bandera y de su país. Es un tema tan recurrente que hasta yo mismo lo he escuchado decir. Siendo más concreto, cuando iba a clase tenía un compañero que al hablar sobre esto siempre ponía como ejemplo a los estadounidenses y el amor que sentían hacia su bandera. Recuerdo que solía decirme: "En Estados Unidos la gente no se avergüenza de su bandera, no entiendo por qué ocurre esto aquí". Y yo, cada vez que le oía decir eso callaba por la pereza que me daba explicarle lo de la Guerra Civil. Exacto señores, España es un país complejo, casi único en su especie.

España fue el único país de Europa que inició una Guerra Civil cuando los fascistas dieron el golpe de estado en julio de 1936. Mientras los gobernantes de la Segunda República huían como ratas a refugiarse en otros países cuando se vieron acorralados, muchos ciudadanos se alzaron en armas para enfrentarse al fascismo y a la barbarie. No importaba que en muchos casos los medios de los que disponían fueran precarios, dieron la cara y demostraron que la Segunda República no iba a morir de rodillas. 

Ahora bien, las consecuencias que trajo este hecho es que España es el segundo país del mundo con más fosas comunes después de Camboya y que es el único país de Europa donde el fascismo triunfó. Hasta Portugal, que tuvo con Salazar y Caetano la dictadura más duradera del siglo XX en Europa, tuvo su Revolución de los Claveles, lo que legitimó la democracia que se formó posteriormente. En España, el dictador Francisco Franco murió de viejo en la cama e impuso una monarquía que todavía soportamos hoy en día. Sí, también somos pioneros restaurando monarquías.

Por todo ello, España es un país lleno de contrastes donde lo negativo gana a lo positivo, y es por eso que la izquierda encuentra muy pocas razones por las que sentirse orgullosa de su país. Pero bueno, que me voy del tema principal. Todo este rollo que os he soltado para explicar lo que dijo Pablo Iglesias hace tres años se entiende y es hasta lógico. El problema es cuando después le escuchas decir algo que choca frontalmente con la declaración ya mencionada. Siendo más exactos, cuando ya existía Podemos.

A mediados de 2015, Pablo Iglesias recriminó la cultura de la derrota que arrastraba Izquierda Unida de la siguiente forma: 

Os avergonzáis de vuestro país y de vuestro pueblo. Consideráis que la gente es idiota, que ve televisión basura y que no sé qué y que vosotros sois muy cultos y os encanta recoceros en esa especie de cultura de la derrota. El típico izquierdista tristón, aburrido, amargado, etc., la lucidez del pesimismo. No se puede cambiar nada, aquí la gente es imbécil y va a votar a Ciudadanos, pero yo prefiero estar con mi cinco por ciento, mi bandera roja y mi no sé qué. Me parece súper respetable, pero a mí dejadme en paz. Nosotros no queremos hacer eso. Queremos ganar. Preocúpate de otra cosa."

Debo resaltar que estoy de acuerdo con parte de lo que dijo. El problema de IU es que cayó en el conformismo y atesoraba esa poca representación como si fuera de su propiedad, al igual que han hecho toda la vida el PP y el PSOE con sus votos. Con el "y no sé qué" del final supongo que se referiría a la bandera de la Segunda República que tanto se ve en las manifestaciones, pero ese "os avergonzáis de vuestro país y de vuestro pueblo" choca de frente con sus declaraciones de 2013. Ante estos virajes siempre me pregunto en cuál cree realmente, porque ese es el problema de las contradicciones, que uno se queda con la duda de cuál es la válida.

También estoy de acuerdo con la estrategia de los de abajo contra los de arriba en lugar del eje izquierda-derecha que ha llevado IU desde su fundación. La estrategia inicial que adoptó Podemos ha resultado ser la correcta, la que está acogiendo ahora no.


Podemos rivaliza con el PSOE en hooligans

Lo dije en el anterior artículo y lo repito en este: se puede votar a Podemos sin ser un hooligan o un fanboy. Siempre he sido un escéptico en política y no soy muy dado a creer en las promesas de cambio. Puedo admitir que Unidos Podemos es el único partido con representación parlamentaria al que vale la pena votar, pero de ahí a tragarme el hipotético cambio que tanto profesan (cada vez más descafeinado) hay un gran trecho.

Además, últimamente estoy viendo que los votantes de Podemos están cayendo en el mismo error del "y tú más" que el PP y el PSOE. Cuando criticas las conductas inadecuadas o las contradicciones de los dirigentes morados siempre te salen con los casos de corrupción del bipartito y de IU, detalle que me parece de lo más curioso. Es decir, ¿así lo justifican todo?, ¿con los errores que cometen los demás? Sinceramente, me parece una justificación tramposa y poco lógica. Si eres de un partido te tiene que preocupar primero la corrupción que hay en TU partido y bajo ningún concepto debes pasarlos por alto en pos de un 'bien mayor', porque si ese partido nuevo empieza a parecerse a los viejos significa que ese 'bien mayor' no existe. Resumiendo, que te están tomando por tonto.

La pregunta es, ¿se está convirtiendo Podemos en 'casta'?