sábado, 21 de febrero de 2015

¿Dónde quedó el periodismo?



Últimamente estoy comenzando a hartarme de tanta manipulación y engaño. Parece ser que el PP ya ha descubierto que rajar de Podemos ante las cámaras es contraproducente, así que, como no podía ser de otra manera, la maquinaria perriodística está trabajando incansablemente para manchar la imagen de los principales integrantes de Podemos. Sobre todo de uno de ellos.

Como cada sábado, iba esta mañana a la papelería de la esquina  a comprar el periódico semanal de mi ciudad. Llámenme anticuado si quieren, pero siempre he preferido leer las noticias locales en papel y no en la fría pantalla de un ordenador. Es lo que tiene nacer a finales del siglo XX y no a principios del XXI: uno añora lo viejo, la sencillez de antes.

La cuestión es que compro el periódico y me viene de regalo uno provincial, una revista de moda y un mapa de un parque natural. Solo me interesa el periódico de mi ciudad, pero como el otro dice a veces cosas interesantes no le hago ascos (y el mapa y la revistita de los cojones se encuentran dentro del mismo periódico). Al fin y al cabo, por muy de derechas que sea el periódico siempre es sano beber de otras fuentes. Suele ayudar a ver las cosas con más imparcialidad.

Total, llego a casa, dejo los periódicos encima del escritorio, tiro a la basura la revista de moda y guardo el mapa en un cajón. En ese momento me fijo mejor en la portada del periódico que siempre me encasquetan: "Monedero sigue sin aportar evidencias". Alrededor de la imagen de Monedero se ve un reguero de noticias relacionadas con la corrupción (ninguna que afecte directamente al PP) y una que, concretamente, habla del juicio de un etarra (¿casualidad?). En ese momento arrugo la nariz con cierto escepticismo. Ya están de nuevo intentando comparar a los ladrones de alto copete con una persona que no ha cometido, por ahora, ningún delito. Y ojo, no lo digo yo, los propios técnicos de hacienda descartan que Juan Carlos Monedero haya cometido delito fiscal, pero bueno, cada uno a su rollo.

Me da por leer lo que dice la noticia y, hasta que llego a la página en cuestión, me topo con artículos que alaban el "buen hacer" y la "excelente gestión" que está desempeñando el partido que nos gobierna. Pongo cara de poker y me pregunto si no habría sido mejor dejar el periódico en el estante de la papelería. Al final, prefiero no hacer caso de los artículos partidistas y me dirijo directamente al que me interesa. Craso error.

El artículo venía a decir que Monedero es un presunto delincuente que oculta papeles y que se escuda en la confidencialidad para no tirar piedras sobre su propio tejado. Leo hasta la última palabra y constato que lo único que hace es poner en tela de juicio cada palabra dicha por él sin aportar ninguna prueba de su culpabilidad. Incluso puede entreverse cierta sorna o ironía en el texto. ¿Y el rigor periodístico? ¿dónde quedó?

Cierro con asco el periódico y lo tiro a la basura.


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