sábado, 1 de agosto de 2015

Ser monárquico y de izquierdas, la gran incoherencia


He de admitir que los cacaos ideológicos que tienen algunos me dejan estupefacto. Los hay que dicen que pasan de etiquetas y que no son ni de izquierdas ni de derechas (estos son los más falsos), luego tenemos a la izquierda aria que no dialoga con nadie porque están muy convencidos de su verdad, pero si hilamos aún más fino nos toparemos con un espécimen que, pese a sus contradicciones, está creando tendencia en nuestro país. Me refiero a los monárquicos que dicen ser de izquierdas. ¡Toma ya! ¿Creías que lo habías visto todo?

Sobre la confusión de ideas y creencias ya he escrito otras veces. Toda esa gente que se decanta por uno u otro bando sin tener muy claro lo que defiende termina convirtiéndose en un ejemplo de ignorancia andante. Y ojo, el que os escribe no se considera un experto en la materia, pero hay ciertas cuestiones que sí tengo claras. Una de ellas es que un republicano puede ser de izquierdas o de derechas, y otra que un monárquico no puede ser de izquierdas. ¿Por qué? Muy sencillo: la izquierda aboga por la democracia sin excepciones, es decir, que tener como jefe de estado a un rey que no ha sido elegido democráticamente va en contra de esta ideología. 

Por si te lo estás preguntando, si se diera la situación de que el rey fuera elegido democráticamente cada cierto tiempo (como si fueran unas elecciones), entonces estaríamos ante un caso único en el mundo, ya que la monarquía, por muy parlamentaria que sea, se basa en la perdurabilidad de una figura que traspasa su poder de forma hereditaria, NUNCA DEMOCRÁTICA. Puede que el lector piense que esta aclaración está de más, pero me he topado con monárquicos "de izquierdas" que, para justificar su bipolaridad ideológica, me han propuesto tal disparate. Ver para creer.

A esta gente yo la calificaría como la izquierda ignorante. No se puede defender que haya aristocracia e igualdad al mismo tiempo, ya que si existe lo primero no puede darse lo segundo. Personalmente, siempre he visto a las monarquías parlamentarias como torpes arreglos que solo buscan mantener a los mismos de siempre viviendo del cuento. Se trata de una democracia light donde salen perdiendo los ciudadanos de a pie.

Dicho esto, supongo que el lector conocerá mi opinión sobre la enorme bandera española que exhibió Pedro Sánchez el pasado junio en un mitin. Si un partido defiende a la monarquía solo puede tener una ideología, y no es de izquierdas. Decir lo contrario es mentir o pecar de ignorante.

El problema de fondo que tienen estos líos ideológicos es el miedo a pensar. Les inculcan desde niños lo que deben creer y luego, a la hora de la verdad, surge el miedo de pararse a reflexionar qué es lo que realmente piensan. He ahí el origen de estas incoherencias tan absurdas. Se confronta lo que les han enseñado a creer con su verdadera opinión. En cualquier caso, por mucho que quieran inculcarte ciertas doctrinas o ideologías es deber de cada uno intentar derrumbarlas a base de preguntas incómodas. No hacerlo sería condenarse a vivir en una mentira.


Imagen de Christockwell.

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