martes, 28 de octubre de 2014

Las excentricidades de los dictadores

Las extravagancias de las que han hecho gala muchos dictadores a lo largo de la historia son la prueba de que el poder no solo corrompe a la gente, sino que la vuelve estúpida. Siempre he visto a este tipo de personajes como los seres más inseguros del planeta, y si nos adentramos en sus "peculiaridades" diría que incluso me quedo corto. Después de todo, tomarse a sí mismo demasiado en serio puede ser un problema cuando, inmerso en el geocentrismo más absoluto, no se tiene sentido del ridículo. A continuación, destaco algunos de ellos:

Adi Amin: Fue un dictador de Uganda entre 1971 y 1978. Se cuenta que escribía cartas de amor a la reina Isabel de Inglaterra y que, presuntamente, practicaba el canibalismo con los disidentes de su régimen o directamente los arrojaba a los cocodrilos. Él mismo llegó a proclamarse "Conquistador del Imperio Británico" y "Rey de Escocia" (así, por toda la cara), y si añadimos que llegó a prohibir la entrada a los asiáticos por la negativa de una oriental a casarse con él ya apreciamos, no sin cierta sorna, la inestabilidad mental del propio sujeto.

Muamar el Gadafi: Bajo el pomposo título de "Hermano Líder y Guía de la Revolución", este personaje dirigió Libia a su antojo desde 1969 hasta 2011, año en el que fue brutalmente asesinado por los "rebeldes". Entre sus excentricidades más notorias nos encontramos con que todas sus guardaespaldas féminas debían ser vírgenes, ordenó a la ONU que Suiza se disolviera, culpó a Osama Bin Laden y a los medicamentos de las revueltas que sufría su país, llegó a afirmar que conquistó los EE.UU y culpó a Israel del asesinato de John F. Kennedy.

Iósif Stalin: El humor negro de Stalin es de sobras conocido. Su paranoia, unida a su famosa afición por hacer purgas, le llevó a bromear más de una vez con sus camaradas causándoles algún que otro susto. A veces, que Stalin te dijera al encontrarte con él frases del tipo <<Hola camarada, veo que todavía no le han arrestado como lo ordené>> podía ser simple malicia o una inequívoca insinuación de que te tenía fichado y serías el siguiente. También disfrutaba humillando a Nikita Jrushchov, un campesino analfabeto que llegó a ser el gobernador de Moscú. Según dijo en una ocasión: <<si Stalin dice que bailes, un hombre juicioso baila>>. Para más información haced click aquí.

Rafael Leónidas Trujillo: Fue un dictador de la República Dominicana de 1930 a 1938 y de 1942 a 1952. Llegó a coleccionar más de dos mil prendas ostentosas que disfrutaba poniéndose junto a las más de 10.000 corbatas que tenía para elegir. Siempre se perfumaba en exceso, tanto que estar cerca de él podía ser una auténtica prueba de fortaleza, pero nada de esto es comparado con la mítica frase que obligó a poner en todas las iglesias del país, la cual, escrita en un cartel, rezaba así: <<Dios en el cielo, Trujillo en la tierra>>. 

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