miércoles, 1 de octubre de 2014

El origen de la bandera blanca.

Autor: Ene Jacobsen. 
Vía Wikimedia Commons 
El significado de la bandera blanca es de sobras conocido. Las películas y las múltiples series de animación lo han atribuido siempre a la rendición, a la petición de negociar con el enemigo o al alto el fuego. Es curioso que algo tan sencillo se haya vuelto tan recurrente y popular, pero lo que quizá llama más la atención es el tiempo que lleva utilizándose.

Se tiene constancia de que el historiador Cornelio Tácito ya lo mencionaba por el año 109 a.C. También es sabido que en la China de la dinastía Han (206 a.C a 220 d.C) se utilizaba como símbolo de rendición, lo que ya nos da una idea de su gran antigüedad. A decir verdad, su uso se fue extendiendo de forma independiente por Oriente y Occidente adquiriendo diversos significados y formas (la bandera de Luis XIV tenía un fondo blanco). En la edad media, por ejemplo, los prisioneros y rehenes se ataban un paño blanco en su sombrero o casco y los guarnicionarios capturados a los que se les había prometido un destino seguro portaban bastones blancos.  

Después de cientos de años utilizándose, la bandera blanca fue aceptada oficialmente en la Convención de Ginebra para evitar malos usos. Desde entonces, alzarla para fines engañosos es considerado un crimen de guerra según el derecho internacional.

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