miércoles, 17 de septiembre de 2014

Jack el destripador, ¿identidad descubierta?


Sobre Jack el destripador se han escrito multitud de libros, filmado una buena tira de películas y representado no menos obras de teatro. Cada uno de esos escritores o directores creen saber cuál es su verdadera identidad e intentan encumbrarse gritando a pleno pulmón que han hecho el descubrimiento del siglo. Para ello no falta nunca el típico título en plan: <<¡Identidad de Jack el destripador al descubierto!>> o algo por el estilo. La realidad, sin embargo, es que todo son hipótesis y no hay ninguna prueba que resulte realmente concluyente. Al menos, eso era hasta hace unos días.
La carta "desde el infierno"

Un escritor llamado Russel Edwards dice haber descubrierto la identidad del asesino, aunque con una diferencia: ha aportado pruebas de ADN mitocondrial. Edwards, que empezó a interesarse por el tema después de ver la película From Hell, logró adquirir el chal ensangrentado que se encontró junto a los restos de Catherine Eddowes (al menos eso decía la familia que lo vendió). La suma de dinero que tuvo que desembolsar es un misterio, pero lo que pretendía era comprobar si la prenda realmente formó parte de la escena del crimen o si se trataba de un fraude. 

El chal tenía manchas de sangre por doquier, así que no costó demasiado comparar ese material genético con una de las descendientes de la víctima. El resultado terminó siendo positivo, detalle que sorprendió a muchos, pero tal asombro iría a mayores cuando hallaron restos de semen en el tejido. Según explica el periódico Daili Mail, el científico localizó a varios descendientes de los sospechosos para hacerles la prueba del ADN y....¡Eureka! Una pariente británica de la hermana de Aaron Kosminski (sospechoso potencial) compartía el 99,99% del ADN con el supuesto asesino. Tras un segundo análisis, ese porcentaje aumentó al 100%.

El señor Russel, orgulloso y satisfecho de que todo saliera a pedir de boca, ha dicho al respecto que "a partir de ahora solo los incrédulos que quieren perpetuar el mito dudarán". No obstante, su "descubrimiento" ha sido recibido con más escepticismo que aceptación dentro de la comunidad científica, sobre todo si tenemos en cuenta que lo publicó directamente en el periódico sin antes someter su obra a la evaluación de sus pares (para demostrar la calidad y veracidad del trabajo en sí). Los científicos también apuntan que ese chal ha pasado por miles de conferencias sobre Jack el destripador y que ha sido manipulado por miles de personas. Si a eso le sumamos los riesgos de contaminación cruzada y que los restos de semen pueden pertenecer simplemente a uno de sus clientes comprobamos, no sin cierta lógica, que por mucha prueba de ADN que se haya hecho la identidad del asesino no está tan clara. 

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