domingo, 18 de mayo de 2014

La importancia de las apariencias

Según cómo vistas la gente te tratará de un modo u otro, eso es una verdad como un templo. Sin embargo, llama poderosamente la atención la influencia que llegan a tener las apariencias y el trato distintivo que ofrecemos casi de forma inconsciente. Si vistes correctamente no tendrás problemas para entrar en ciertos establecimientos, recibir un trato cortés y recibir ayuda en caso de necesidad, pero si tu atuendo son viejos harapos y tu estilo desaliñado es otra historia muy distinta. No esperes simpatías ni buenas miradas por parte de los demás si estás en el segundo caso.

El vídeo que os dejo a continuación trata sobre un hombre que se viste de vagabundo y simula sentirse mal tendiéndose en el suelo en pleno acceso de tos. Pasaron más de cinco minutos y nadie se dignó siquiera a acercarse para ver qué le pasaba. Las razones para que se dé tal cosa las podemos comprender todos muy bien. El miedo a si puede ser una treta para robarte, creer que probablemente esté drogado o borracho como una cuba y que se encuentre desvariando en colores, etcétera, etcétera. En teoría, eso es lo que esperamos de alguien que se viste con harapos y vive en la calle, y aunque no sea un pensamiento del todo correcto es innegable que guarda en el fondo cierta verdad. ¿Quién no los ha visto alguna vez gastarse el dinero que han recibido en alcohol?.

Por otro lado, en el caso del hombre trajeado se ha dado una situación radicalmente distinta. Casi en el mismo instante en el que simuló caerse al suelo varias personas ya estaban dispuestas a ayudarle en lo que fuera mientras le preguntaban preocupadas qué le pasaba. Es un contraste sin duda brutal, y no dudo que muchos de los que vean el vídeo se harán una opinión negativa de la gente que no ha prestado ayuda al mendigo y de los que han acudido  de inmediato para socorrer al trajeado, pero he ahí la cuestión: ¿qué haríamos nosotros?.


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