Las lágrimas de Shiva fue el único libro que me gustó de todos los bodrios infumables que me hacían comprar los profesores en el instituto. Desconozco la razón, pero por regla general siempre han tenido ese "don" de escoger libros que, pese a sus pocas páginas, se vuelven pesados como piedras debido a lo malo de la historia. A veces incluso los elegían porque el escritor era de la misma ciudad o de alguna colindante con el fin de "hacerles promoción", ya fuera el libro una completa porquería o una historia sosa que no guardase misterio alguno.
En el caso de este libro esperaba que el profesor de lengua se ganase la medalla de oro al mal gusto, pero para mi sorpresa me enganché a leer desde la primera página. Lo que más me gustó del libro fue la agradable prosa que se gastó el autor, César Mallorquí, a la hora de exponer a los personajes y las escenas. Describe lo justo sin gastar hojas de más sobre qué aspecto tenía una habitación o cuán grandes eran las motas de polvo de un viejo escritorio, y eso es algo que se agradece porque he leído libros que se tiran tres páginas enteras para explicarte que una puerta chirría al abrirse. Ante todo, se nota que el autor pretendía atrapar al lector y supo cómo hacerlo.
La historia está ambientada en el verano de 1969, año en que el ser humano logró llegar a la luna. Nuestro protagonista, ávido lector de cómics de ciencia ficción donde la mayoría de las veces se encuentran los marcianos como protagonistas, se ve obligado a irse a Santander con sus tíos y cuatro primas por una enfermedad contagiosa que coge el padre. En un principio se muestra reacio a dejar Madrid y su árido paisaje, pero pronto se ve atraído por aquel verde y frondoso lugar norteño donde el misterio, esquivo, acecha en cada esquina.
Sin saberlo, termina enfrascado en una oscura historia que fue la causante de que la antaño adinerada familia cayera en desgracia. En medio de ésta nos topamos con un atormentado fantasma, un tío obsesionado con los perpetuum mobile que construye una televisión para que su sobrino vea la llegada a la luna y, cómo no, unos adolescentes que hacen de detectives para desentrañar el misterio de " las lágrimas de Shiva". Se trata, en definitiva, de una historia sencilla a la vez que atrapante que despunta por lo bien definidos y caracterizados que se encuentran los personajes.
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