lunes, 28 de abril de 2014

El Vaticano, su verdadera cara.


Una de las razones por las que el Vaticano es tan importante para occidente es porque hace de "centro de escucha" de todo lo que acontece alrededor del mundo. Desde hace mucho tiempo, y tras la caída de la inquisición, su función "santa" se ha visto sustituida por la de informante. Hasta Estados Unidos, de tradición protestante, se ha visto obligado a mantener unas relaciones cordiales con el país más pequeño del planeta, y no es para menos. El modo forzoso en el que cada país de occidente mantiene un buen trato con la "Santa Sede" le garantiza ser el primero en enterarse de todo, lo que se traduce en un lugar valiosísimo donde recibir las últimas noticias. Antes incluso de que salgan a la luz.


Los que se hayan molestado mínimamente en seguir las acciones tomadas por el Vaticano a lo largo de los siglos comprenderán que, a ojos vista, se trata de la institución que más veces se ha reinventado a sí misma con el objetivo sobrevivir costase lo que costase. En mi opinión personal, creo que se trata de la mafia más antigua del mundo, una mafia cínica, con una inteligencia geopolítica y estratégica impecable que sigue viva hoy en día gracias a esa insólita presteza de saber encajar los golpes que suele dar el tiempo. Hasta los mismísimos dogmas que en un principio profesaban han sido paulatinamente reemplazados por otros más suaves, menos radicales y, por ende, más acordes a la época señalada. 

Como ejemplo del drástico cambio que está sufriendo expondré lo que dijo el propio papa Francisco en una de sus entrevistas. Cuando se le preguntó sobre los homosexuales, respondió: "Si alguien es gay y se acerca al señor con buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo?". A continuación, manifestó que el catecismo de la iglesia católica explicaba eso de forma muy bella, pero se olvidó de algo, y es lo que dice la propia biblia al respecto. Cito a continuación varios pasajes en los que se condena explícitamente dicha orientación:

- Levítico, 18:22: No te acostarás con varón como con mujer; es abominación.

- Levítico, 20:13: Si alguien se acuesta con varón, como se hace con mujer, ambos han cometido abominación: morirán sin remedio; su sangre caerá sobre ellos.

-1 Corintios 6:9, 10: ¡Qué! ¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, NI HOMBRES QUE SE ACUESTAN CON HOMBRES, ni ladrones, ni personas dominadas por la avidez, ni borrachos, ni injuriadores, ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios. 

-Romanos 1:26, 27: "Porque sus hembras cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza; y así mismo hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones, OBRANDO LO QUE ES OBSCENO y recibiendo en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su error."

Después de este ejemplo, y dejando bien claro que no tengo nada en contra de los homosexuales, ¿todavía queda alguien que dude del doble juego del que es partícipe la "Santa Iglesia"?. Según mi modo de ver las cosas, todo aquel que se autodenomine católico debe estar de acuerdo con cada frase, palabra y coma que esté escrita en la biblia. No se pueden escoger a dedo los pasajes más bellos y hermosos dejando de lado los más cruentos y discriminatorios, que siguen formando parte de ese famoso libro le pese a quien le pese. El descafeinado catolicismo que reina en la actualidad es el resultado de la maduración humana, la cual tolera cada vez menos la diferenciación social por base a viejos dogmas. El Vaticano, consciente de esto, se ha visto obligado a modificarlos una y otra vez para asegurar su propia supervivencia. El nuevo papa "progre" que en esta ocasión nos ha tocado responde claramente a esa necesidad, una necesidad calculada en la que el azar no tiene cabida.

Hace cientos de años la Inquisición respondió a una necesidad imperante de la Iglesia, que era la de controlar al pueblo, asegurar su poder y obtener riquezas materiales. Tiempo después, más concretamente en el siglo XX, permitió todas las dictaduras que se dieron en Europa (aprobando algunas incluso) porque sabían que manifestarse en su contra significaba su perdición. El Vaticano se posicionó al lado de Franco (dictador español) en 1936 para denunciarlo públicamente más de 30 años después, cuando el fin del franquismo era inminente. Políticamente es algo de lo más lógico, y es que en los años sesenta Franco era el único dictador que quedaba en Europa. Tanto Mussolini como Hitler habían caído decenios atrás, y seguir posicionándose a su favor en pleno resurgimiento de la democracia era un suicidio. Nuevamente, los entrenados engranajes de la Santa Sede volvieron a girar.

Si de algo estoy convencido es que con el paso de los años la Iglesia seguirá contradiciendo a la biblia hasta el punto de tener que crear otro "libro sagrado" para poder saber a qué atenerse, ya que al leer aquel tocho de fino papel cualquiera creería estar ante otra religión completamente distinta. ¿Cuánto creéis que podrá seguir abriéndose el Vaticano?, ¿hasta qué punto podrá hacerlo sin parecer una cómica imagen desvirtuada?. Abro debate. 

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