miércoles, 9 de abril de 2014

¿Existen los universos paralelos?


Mientras nos encontramos atareados cada día con mil preocupaciones en la cabeza, una infinidad de cosas están pasando fuera de nuestro planeta. Estrellas que nacen y se destruyen, planetas que empiezan a formarse, agujeros negros que, con su imprevisibilidad característica, surgen en los lugares más insospechados, etcétera, etcétera. Debido a nuestro escaso tiempo no nos paramos siquiera a pensar o a reflexionar sobre estas cuestiones, y cuando nos damos cuenta despertamos con cincuenta tacos bien cumplidos y nos topamos con que, para nuestro estupor, no hemos hecho gran cosa aparte de trabajar. ¿Es ese el futuro que nos depara a todos?

Cuando oí hablar por primera vez sobre la teoría de los universos paralelos lo primero que pensé fue <<¡Vaya idea!, ¿por qué no se me habrá ocurrido a mí antes?>>. El cambio de enfoque que me produjo el saber que no era una teoría conspirativa y que, de hecho, muchos científicos sopesaban (y sopesan) la posibilidad con seriedad fue brutal. Sentí cómo me daba vueltas la cabeza de sólo pensar en las desmesuradas proporciones que tendría TODO, porque ya no estamos hablando de un único universo, sino de varios. ¿Cuan grande debe ser en realidad todo ese conjunto de multiversos en el que nos hallamos?. Y de existir realmente tal cosa, ¿qué se supone que habrá mas allá?, ¿la nada?, ¿y qué es la nada?, ¿cómo debemos interpretar ese concepto si lo llevamos al plano físico?. ¿Estamos hablando acaso de una inmensidad negra sin estrella alguna que se extiende hasta el infinito?. Todas estas preguntas y muchas más se me empezaron a agolpar en la cabeza, máxime si tenemos en cuenta que nuestra mente racional no es capaz de imaginar algo tan controvertido como el infinito. Tal y como nos dicta el raciocinio por excelencia, todo debe tener un principio y un final, pero... ¿realmente es así?.

La inacabable capacidad que posee el ser humano para hacerse preguntas y cuestionarlo todo es la principal responsable de que sepamos tanto y, a la vez, tan poco sobre nuestra galaxia y lo que la rodea. La cuestión a debatir era bien simple, es decir, si el universo en el que nosotros vivimos fue creado hace 13.700 millones de años por el llamado Big Bang, ¿por qué no han podido otros Big Bangs crear otros universos?. La razón de que los científicos comenzaran a preguntarse esto más enserio fue que, hace relativamente poco, unos investigadores descubrieron lo que podría ser la prueba de que la existencia de universos paralelos es algo real. No se trata de una prueba definitiva y el sólo hecho de llamarla así puede sonar un tanto forzado, pero el que se esté barajando la posibilidad de que haya más de un universo ya resulta de por sí digno de reflexión.

Para empezar, todo lo que podemos ver con nuestros propios ojos o a través de los telescopios cuando miramos al cielo se mueve. Las estrellas, los planetas que giran al rededor de una estrella madre, la galaxia que conforma ese conjunto de planetas que giran alrededor de un sol y que se mueve por efecto de la atracción de sus galaxias vecinas,  el "grupo local" que contiene las galaxias más vecinas a la nuestra y que se mueve como consecuencia de la fuerza de atracción que generan otros grupos locales, etcétera, etcétera. Nuestro universo está en constante cambio, pero hace varias décadas los astrónomos se dieron cuenta de que un número ingente de galaxias sufrían una brutal atracción gravitatoria de origen desconocido en la misma dirección. Ante tal descubrimiento sólo pudieron preguntarse qué era aquello capaz de tener una gravedad tan fuerte como para llevar hacia sí a cientos de miles de galaxias. Por desgracia, tras ver que les era imposible determinar qué era aquel "objeto" terminaron llamándolo con el poco original nombre de "gran atractor".

Varios años después, más concretamente en la década de los 2.000, apareció una nueva teoría que se hacía denominar "el flujo oscuro". Ese flujo oscuro sería, en teoría, una especie de "canal" que allanaba el camino y permitía a todas esas galaxias moverse en una única dirección. Una dirección que contradecía toda lógica y que no respeta a las demás debido a su enorme atracción gravitacional. Para sorpresa de muchos, esa caprichosa desviación ha podido ser medida gracias a los varios telescopios que están orbitando y escudriñando el espacio, entre ellos el planck. De hecho, se ha podido calcular que la velocidad a la que se mueven esas millares de galaxias oscila entre los 600 y los 1000 kilómetros por segundo. Algo sin precedentes.

Las teorías que se barajan a partir de aquí son dos. La primera es que se trate de otro universo que ejerce algún tipo de efecto sobre el nuestro, y la segunda que, a causa de la propia bastedad del universo en el que vivimos, existan otras regiones mucho más alejadas que, de algún modo, tengan esa capacidad de atracción. Aún así, lo más escalofriante es que los mismos científicos se decantan más por la posibilidad del universo paralelo. ¿Acabará siendo cierto?. 

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