viernes, 15 de mayo de 2020

¿Eres como Andrews o como Ismay?

La gran escalinata del Titanic en un folleto promocional de la época



Hace unos días me dio por ver la miniserie del Titanic que se hizo en conmemoración del centenario de su hundimiento. En sus dos horas y cuarenta minutos de duración, pude apreciar que su historia es bastante fiel a la realidad. Por un lado, se puede ver que el hundimiento del barco no es tan dramático como en la famosa película de James Cameron, donde el trasatlántico se parte como un lápiz después de alcanzar una altura absurda. Luego, tenemos el detalle de que no pinta a Bruce Ismay como el único villano. Obviamente, su capitán, John Smith, también tuvo parte de responsabilidad en esta desgracia, y si uno se ciñe estrictamente a los hechos nunca quedó del todo claro si fue Ismay quien presionó al capitán para que aumentara la velocidad. De hecho, ni siquiera se sabe si alguien lo hizo. Su único pecado fue aprovechar la oportunidad para salvarse.

Según tengo entendido, el presidente y director de la White Star Line vio su reputación completamente arruinada después de aquella tragedia. No importó que dimitiese del cargo o que donase algo más de 30.000 libras esterlinas en apoyo a las víctimas. La sociedad lo vio desde entonces como el único culpable del desastre y se le colgó la etiqueta de cobarde de por vida. A su capitán, en cambio, se le vio como un héroe pese a que fue él quien dio la orden de ir tan rápido en una noche sin luna y con los prismáticos en paradero desconocido. ¿No es curioso?

Recuerdo que cuando vi la película de James Cameron, Bruce Ismay fue uno de los personajes que más me llamaron la atención, y aunque en su momento lo condené con rotundidad ahora no lo tengo tan claro. Quizás, ese cambio de pensamiento se debe a que intento ponerme en su piel e imaginar cómo actuaría en su situación. Es decir, ¿huiría como él sin importar las consecuencias o me hundiría con el barco como hicieron Thomas Andrews y su capitán? Si os soy del todo sincero, no tengo una respuesta clara a esa pregunta, y creo que es una suerte que muchos de nosotros no nos hayamos visto en una posición similar. Todos queremos pensar que afrontaríamos 'nuestro destino' estoicamente, pero... ¿realmente lo haríamos?

P.D. Para mí, el peor error que cometió el empresario fue desdeñar los consejos de seguridad de Thomas Andrews, su diseñador.


Imagen: Wikipedia

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