lunes, 23 de junio de 2014

El independentismo, una cuestión para mentes ociosas.

Ejemplo de cómo podría quedar la península si tenemos en cuenta a todas las "independencias"

Personalmente, siempre he visto a los independentismos como algo absurdo y sin sentido. Si realmente hiciéramos caso a todo aquel que quiere que su comunidad autónoma sea independiente España se fragmentaría en decenas de países distintos. Incluso las Islas Canarias, cuyos ciudadanos viven básicamente del turismo y poco más, posee también su propio sector independentista. Algo que raya en lo absurdo si tenemos en cuenta que la mayoría de sus establecimientos están enfocados al turismo y apenas poseen industria propia.

Los independentismos responden básicamente a un sentimiento de identidad y de pertenencia a un lugar concreto con la creencia firme e inequívoca de que esa "porción de terreno"  (llámese Comunidad Valenciana, Galicia, Andalucía, etc.) es completamente distinta del resto. Por ello, creen que no deberían seguir formando parte de España y que tienen derecho a "decidir" arguyendo, para variar, la machacada falacia de que estamos en una democracia y tal cosa debería darse por sentado. No obstante, a parte de que la Constitución Española deja bien claro que la unidad de España no se discute, económicamente sería una catástrofe y nos hundiríamos todavía más en la mierda.

Al final, uno se da cuenta de que ese sentimiento de independencia acaba surgiendo en base al descontento de la población en épocas difíciles como la que estamos viviendo en la actualidad. Creen realmente que dejar de formar parte de este país solucionará algo cuando no es así, ya que la corrupción seguiría campando a sus anchas y el paro, ante la nueva situación de inestabilidad, aumentaría brutalmente. Y que conste que todas estas "predicciones económicas" no me las estoy inventando, sino que vienen de los tantos análisis que se han ido haciendo por parte de  varios expertos desde la radicalización existente en Cataluña con esta cuestión.

Hace poco, Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña, tuvo una entrevista con la CNN en la que se trató el tema de la independencia catalana. La periodista  le hizo varias preguntas sobre el polémico tema y una de ellas llamó en especial la atención por lo esclarecedora que resultó. La entrevistadora le dijo que si bien es cierto que la mayoría de los catalanes quieren un referéndum, también lo es que los partidarios de una Cataluña independiente son minoría. Ante esto, el señor Mas se vio obligado a admitir que era cierto, pero no sin antes recalcar (para no quedar mal supongo) que el resultado final no se sabrá hasta que se haya hecho el susodicho referéndum. Ahora bien, ¿qué quiero decir con esto?, pues creo que está bien claro: que la gente de a pie (y creo hablar por la mayoría) lo que quiere es trabajar, vivir su vida todo lo dignamente que pueda y que le dejen de historias e intereses políticos oportunistas.

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