lunes, 2 de junio de 2014

La abdicación del Rey

Esta mañana, al igual que muchos, me he levantado con la noticia de la abdicación del Rey Juan Carlos. Mi primera reacción al enterarme fue de sorpresa. Uno no ve abdicar a un rey todos los días, y partiendo de esta premisa se trata de un acontecimiento importante tanto a nivel nacional como internacional. Los libros de historia saldrán finalmente de su letargo y ya tendrán un nuevo dato relevante que añadir a sus viejas páginas. Los oxidados engranajes de la monarquía volverán a ejercer su función primaria y girarán en pos de un nuevo jefe de estado sin tener en cuenta al pueblo. Ahora bien, ¿realmente nos afecta en nuestro quehacer diario?.

Si hay algo que siempre he dicho es que las monarquías deberían ser del pasado por el solo hecho de pertenecer a una obvia naturaleza autocrática. Así nacieron y de ese modo gobernaron en el mundo tanto en la lejana edad media como a principios del siglo XX en varios países como Rusia y Alemania. Estos dos últimos datos los considero de lo más relevantes porque dejan claro que las monarquías absolutistas no desaparecieron hace tanto tiempo (en varios países africanos siguen existiendo). La nueva forma de gobierno que comenzó a reinar entonces, la parlamentaria, fue un modo chapucero de seguir manteniendo a la monarquía en el poder aunque su función fuera más simbólica que práctica. A mi modo de ver, estamos asistiendo ante una desintegración, lenta pero constante, de esas antiguas formas de poder que llevamos arrastrando desde hace cientos de años. En una sociedad como la que tenemos ahora el mundo no necesita reyes para llevar adelante a un país, y eso es un hecho innegable que no podemos obviar. ¿A caso Francia se fue a pique cuando se convirtió en una República?, ¿a caso Alemania, después de sufrir a guillermo II como rey y a Hitler como dictador, no pudo recuperarse más tarde como una nueva  y naciente república?

Cuando oigo a varios tertulianos españoles hablando sobre lo necesaria que es la monarquía en nuestro país y lo tanto que se ha sacrificado para llevarlo adelante no puedo evitar arquear las cejas con ironía. ¿Necesaria? ¿Están diciendo que España se desintegraría si de repente se proclamara la III República? Yo creo que no. Lo que seguramente ocurriría es que todo seguiría exactamente igual que antes, es decir, el ciudadano de a pie iría a su trabajo como siempre (quien lo tuviera), los niños no dejarían de ir al colegio y los ancianos se levantarían todas las mañanas como es su costumbre  para ir al parque a dar su paseo matutino. El gobierno continuaría con sus polémicas decisiones y recortes, asombrándonos con sus múltiples casos de corrupción y agachando la cabeza ante los mandatos de Bruselas. Nada cambiaría... bueno sí, nos ahorraríamos los gastos que supone mantener a la monarquía, pero nada más.

Si me preguntaran porqué soy republicano les respondería  que sencillamente porque España puede seguir funcionando como país sin una monarquía. No voy a meterme en los tantos escándalos que la ha salpicado durante estos últimos años, y no lo haré porque no lo necesito como argumento para justificar mi opinión (porque ante todo es mi opinión) de que este país debería ser una república y no una monarquía parlamentaria. Siempre he considerado como una flagrante contradicción que una monarquía sea democrática, ya que si se jacta de ser democrática... ¿no deberíamos los españoles decidir si queremos a su sucesor o, por el contrario, la proclamación de la III república? 

¿Qué opináis?

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