miércoles, 6 de noviembre de 2013

Barcos fantasma: Mary Celeste y Lyubov Orlova

Representación del Mary Celeste

El caso de Mary Celeste, un bergantín botado en Nueva Escocia en 1861, ha pasado a la historia como el más célebre barco fantasma debido a las extrañas circunstancias en que se lo encontró: totalmente vacío y navegando con las velas desplegadas rumbo a Gibraltar. Su interior se hallaba completamente ordenado, no había signos de lucha y los roperos tanto de la tripulación como del capitán y su hija  pequeña estaban llenos. Incluso los platos permanecían en su sitio.

Mary Celeste, de hecho, ya empezó con mal pie porque su primer capitán se ahogó antes de dirigirlo y el segundo también pereció ahogado, pero en el viaje inaugural. Desde entonces, muchos marineros lo vieron como un mal augurio.

Dicho barco transportaba en 1872 1.701 barriles de alcohol industrial de Nueva York hasta Génova, Italia. El capitán era un experimentado marinero llamado Benjamín S. Briggs y la tripulación constaba de siete hombres. En ese mismo viaje algo que todavía se desconoce y desconcierta al mundo debió ocurrir para que se vieran obligados a coger el bote salvavidas y largarse precipitadamente. Lo único que se llevaron consigo fue el cronómetro, el sextante y la bitácora, dejando todo lo demás tal cual en el bergantín (incluidos los abrigos, que tan bien les habría venido). Más tarde se descubrió gracias al diario de abordo que el buque había viajado a la deriva más de diez días.

Ante el tenebroso panorama que se encontró la tripulación del Dei Gratia, el cual iba a Gibraltar, un atónito capitán denominado David Reed mandó remolcar el susodicho barco hasta el peñón. Las autoridades de Gibraltar llegaron incluso a sospechar de ellos, pero finalmente los soltaron.

Durante los años posteriores, el famoso buque fue pasando por diferentes propietarios hasta que finalmente se hundió 1885 como un vano intento del dueño de cobrar la póliza del seguro.

El caso de Lyubov Orlova es más actual, de hecho, hasta el día de hoy todavía se desconoce su paradero. Este trasatlántico ruso fue botado en 1976 y, después de que cayera la URSS en 1991, llevó consigo a gente acaudalada que deseaba navegar por los gélidos parajes polares del norte. Estos viajes de placer duraron años, pero en 2010 lo retuvieron por impagos en el puerto de San Juan, una provincia canadiense de Terranova.

Tras venirse abajo la empresa propietaria rusa, los tripulantes fueron despedidos y el singular pecio se quedó oxidándose en el duro clima de Canadá. Poco después, fue subastado por varias empresas que deseaban reacondicionarlo sin llegar realmente a hacerlo ninguna de ellas, así que se vendió a intereses caribeños que pretendían remolcarlo para su posterior desguace. A pesar de todo, el cable que arrastraba el barco se rompió en una fría y tormentosa noche, por lo que el viejo trasatlántico terminó a la deriva en el Atlántico Norte. 

A partir de aquí es donde el gobierno de Canadá intentará escurrir el bulto lo más rápido posible. Mientras estuvo en aguas canadienses las autoridades de aquel país intentaron interceptar la nave, y el hecho de que pasara por una zona de amplio tráfico marítimo y numerosas plataformas de extracción de petróleo aumentó la presión. Sorprendentemente, el buque logró traspasar la ruta marítima sin ningún tipo de incidente ni colisión y logró llegar a aguas internacionales. El gobierno de Canadá, al situarse el pecio en "terreno de nadie", se lavó las manos olvidándose por completo del asunto. 

El último avistamiento del que se tiene constancia se remonta al 12 de marzo de este mismo año, cuando se registró la señal de una de sus balizas de emergencia. Desde entonces, el solitario trasatlántico navega en la inmensidad del océano sin nadie que lo dirija.

Lo que me sorprende de este barco, y una de las razones por la que lo comparo con el mítico Mary Celeste, es la gran cantidad de días se sabe que ha estado navegando sólo, ya que si tenemos en cuenta que el cable que lo remolcaba se partió a finales de enero, eso le deja con la friolera de mes y medio yendo a la deriva sin sufrir avería o colisión alguna. A estas alturas lo más probable es que se encuentre ya bajo el mar, pero... ¿cuánto tiempo más consiguió mantenerse a flote?. Eso es algo que lamentablemente nunca sabremos.

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